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En la casa de Edelmira siempre está la tele encendida. Para ella, todo lo que se ve en la pantalla es la realidad, y el resto no existe ni por casualidad. ¡Qué verdadero espanto!
¡Qué tremendo peligro que uno confíe en la tele más que en sí mismo!
Por suerte, su hija Gabriela tiene los sentidos mucho más atentos a lo que pasa a su alrededor y no cree que el mundo se defina en un televisor.
En este peculiar cuento de Adela Basch, madre e hija proponen dos maneras muy distintas de vivir la vida: a través de una pantalla o mirando el sol de la mañana. Una historia fascinante que nos hará reflexionar sobre qué es lo verdadero y qué lo artificial.
Edición: tapa blanda con solapas
Tamaño: 22x24 cm
Cantidad de páginas: 36
Tipografía: imprenta minúscula
$10.500,00
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Tamaño: 22x24 cm
Cantidad de páginas: 36
Tipografía: imprenta minúscula