Los historiadores dicen que cuando no existía la escritura, lo que abundaban eran las historias contadas de boca en boca.
Historias, mitos, leyendas.
Me imagino fogatas enormes en noches frías y un patriarca contando sobre lobos y dragones a los niños de la tribu.
Era algo muy importante porque de esa manera se le transmitían los conocimientos más importantes a las nuevas generaciones. Se les enseñaban valores como la valentía, la colaboración y la vida en comunidad.
Nuestra cabeza aprende a través de las historias y esta es la mejor manera de enseñarles a nuestros hijos.
Las cosas han cambiado un poco, es verdad. Hay pocos fogones y pocos momentos para encenderlos.
Por eso, por la noche, antes de dormir, podes arroparte con ellos y leerles.
Pensalo así: los libros son herramientas en tus manos.
Para criar a tus hijos felices, el amor de mamá es suficiente. El tiempo que les dediques es lo que ellos más valoran y van a recordar.
Si además querés sumar algunos libros, como lo hago yo, los que siguen te van a ser muy útiles.
Palabra de mamá.
Mica